Durante la habitual marcha de jubilados de los miércoles, se registraron este miércoles fuertes incidentes entre manifestantes y fuerzas de seguridad, en medio de un operativo que incluyó un importante vallado y la aplicación del protocolo antipiquetes.

La movilización comenzó alrededor de las 15 en la plaza frente al Congreso, con la presencia de organizaciones sociales, referentes políticos y religiosos que acompañan el reclamo previsional. Una hora antes, se había realizado una convocatoria de la mesa ecuménica, con sacerdotes y referentes sociales, entre ellos el padre Paco Olveira, quien ya había sido detenido en protestas anteriores. También participaron dirigentes como Eduardo Belliboni (Polo Obrero) y representantes de la UTEP.

En medio del intento de realizar un "semaforazo" en la esquina del Congreso, efectivos de la Gendarmería avanzaron sobre los manifestantes, lo que derivó en enfrentamientos. Hubo empujones, golpes y uso de palos por parte de ambas partes. También se utilizaron gases lacrimógenos. Algunos manifestantes, con el rostro cubierto, respondieron con cinturones y llegaron a arrebatar escudos a los agentes. Al menos cuatro personas fueron detenidas tras los disturbios, mientras que otras 14 fueron demoradas previamente en distintas terminales ferroviarias.

Varios manifestantes resultaron heridos y fueron asistidos por equipos de emergencias médicas que suelen acompañar las protestas.

El operativo de seguridad, coordinado entre la Policía Federal, Prefectura y Gendarmería, bloqueó la avenida Callao pero permitió la circulación por Rivadavia. Sin embargo, los enfrentamientos provocaron demoras y tensión en la zona céntrica.

Desde el Ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich sostuvo que "grupos violentos, entre ellos el movimiento Antifa, convocaron a la marcha para atacar", y advirtió: "No solo vamos a aplicar el protocolo, los vamos a desenmascarar. Vamos a actuar como cualquier Estado que protege a su gente de quienes vienen a destruir la paz social".

Mientras tanto, dentro del recinto de Diputados, se cayó la sesión en la que la oposición intentaba debatir el aumento a las jubilaciones, una nueva moratoria y la emergencia por inundaciones en Zárate y Campana. Solo 124 legisladores estuvieron presentes, insuficientes para alcanzar el quórum.

En el trasfondo del fracaso parlamentario se encuentra una disputa por una vacante en la Auditoría General de la Nación (AGN). El exdiputado Mario Negri había trabajado durante un año para ocupar ese lugar, pero fue desplazado por Emilio Monzó (Encuentro Federal), lo que profundizó las divisiones.

La ausencia de diputados cordobeses afines a Martín Llaryora, como Ignacio Aresca, Carlos Gutiérrez y Alejandra Torres —quien tildó la sesión de "show"—, terminó de sellar el revés legislativo. También faltaron legisladores de provincias como Catamarca y Santiago del Estero.

Desde el oficialismo, el Gobierno ya anticipó que vetará cualquier proyecto aprobado en relación a moratorias o bonos para jubilados. Mientras tanto, figuras como Leopoldo Moreau (Unión por la Patria) asistieron a pesar de problemas de salud, en contraste con otros ausentes clave.

El radicalismo y el PRO también mostraron escasa presencia: apenas estuvieron Julio Cobos y Álvaro González, sin el respaldo suficiente para dar inicio a la sesión.

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