Ser un trabajador formal estable no garantiza ganar lo suficiente como para cubrir el costo de una Canasta Básica Total (CBT). En rigor, esa no es una novedad; hace tiempo que muchos trabajadores “en blanco” tienen ingresos inferiores al umbral de pobreza del grupo familiar, pues su ingreso es inferior al costo de la CBT. Lo nuevo es que las estadísticas oficiales más recientes demuestran que el ingreso promedio de los asalariados formales ya está por debajo de la línea de la pobreza.

Cabe aclarar, sin embargo, que la pobreza se mide por el nivel de ingreso familiar, al igual que el costo de la CBT para una familia de 4 personas (dos adultos y dos menores), lo cual implica que un trabajador formal cuyo ingreso es inferior a ese umbral familiar no es per se pobre. Puede ganar menos que la CBT y no ser pobre, sea porque vive solo o en una unidad familiar de menos de cuatro personas o porque al agregarse el ingreso de otros miembros del grupo familiar se supera el costo de la Canasta Básica Total.

Según el Indec, el valor de una CBT alcanzó en enero de este año los $596.823. Ese número representa el total de gastos que debe hacer una familia de cuatro personas para cubrir el 100% de sus necesidades básicas en el transcurso de un mes. Si bien se trata de un caso testigo, es el que se toma en consideración para determinar qué familias son pobres y cuáles no.

En tanto, la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social informó que la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) ascendió en enero de este año a $555.269. Eso quiere decir que los empleados formales estables ya tienen, en promedio, ingresos inferiores a una CBT y, por tanto, están por debajo de la línea de la pobreza.

 

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